lunes, 23 de abril de 2018

Vivir con depresión... el perro negro ataca de nuevo

Siempre pensé que era fuerte, claro intensa como la fregada, pero fuerte, que mis tristezas eran profundas, pero que podía salir de ellas, creo que todo fue la antesala a que el perro negro atacara.

Le llaman perro negro a la depresión, por que literal es un perro que se vuelve enorme y aplastante o que se vuelve manejable como un cachorro.

Hoy es un mastodonte que me aplasta, que me saca las lagrimas que no se ni de donde salen, que me confronta a todo aquello que no soy, no tengo, no eh logrado y que quizás no logre jamás.

He estudiando mucho sobre las energías, los ángeles y como nuestros pensamientos son los que crean nuestro afuera, pero cuando tienes un perro negro estas teorías simplemente te dan una bofetada y te dicen no eres suficiente.

Hoy si no puedo ver la luz al final del camino, mi fortaleza se ha echo muy pequeña y me esta costando mucho trabajo salir a flote, hoy si no se por donde es el camino para salir, sé que una medicina solo ayudará a mantenerme en cierto modo, pero tampoco es la luz o el hilo negro para poder volver a ser yo.

Aun no se si quiero volver a ser yo, por que quizás ese yo es el que esta mal desde un inicio, vaya es quien sin duda me llevo a donde estoy, con este mastodonte que no me esta dejando respirar.

¿Qué hay con todas esas hermosas cualidades que me hacen ser yo? supongo que las tengo igual que el resto de los seres humanos, pero ¿a caso son igual de valiosas que las que tienen los demás? la verdad no lo sé, sólo puedo ver al perro negro con sus aliados los monstruos del fracaso, la inseguridad, la soledad, la irritabilidad, el drama, puff creo que son demasiados, ahora entiendo por que me siento tan cansada de seguir con esta batalla.

Así que bueno, vivir con depresión no ha sido un camino fácil, la gente suele no entenderlo, piensa que estas triste y que tienes que echarle ganas, pero no entiende que es algo más grande que tú en toda la extensión de la palabra y que te aplasta, que es como querer salir corriendo de una habitación que no tiene una salida, que no son ganas las que te faltan, si no una dirección, pero que por más que te digan es por ahí tu no logras ver hacia donde.

Le es difícil entender a la gente que tu cerebro no funciona igual, que olvidas cosas sencillas y te acuerdas de cosas absurdas. Es complicado tratar de explicar que tu cerebro se volvió una tortuga y que lo que antes era fácil de comprender ahora parece estar en otro idioma.

Y ahí es cuando ataca otro monstruo más y dice, pero queee a caso en serio crees todas estas boludeses, no será que te estas haciendo guey y que en realidad todo es un acto de tu cabeza. Que a caso no puedes ver que en verdad eres una idiota, caray entiéndelo.

Y entonces comienza de nuevo la batalla, tratando de matar al monstruo o por lo menos hacerlo pequeño, quedarme congelada no es opción por que si lo hago es dejar que me gane, cuando en realidad no considero que soy idiota, considero que algo esta pasando y no lo estoy entendiendo.

A veces, sólo quisiera ser pequeña de nuevo, para que me abracen mis papas con tal fuerza y amor que desaparezcan estos monstruos, pero se que no se puede volver a ser pequeño, y también sé que aunque hoy pida un abrazo, ese no me ayudará en la batalla que aun se da en mi cabeza.

Son tantos temas a la vez, vaya mientras estoy tratando de sanarme a mi misma, necesito seguir viendo como generar dinero, necesito seguir estando en sociedad es decir no aislarme, en fin son tantas cosas, me siento abrumada, sumamente cansada, desesperada y obviamente con el alma rota.

En fin, a seguir luchando, leyendo libros, haciendo actividades que me hagan salir a flote y sobre todo que hagan que el perro negro y sus amigos se hagan cachorros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario